La visión del artista de una galaxia con un núcleo activo, un agujero negro supermasivo en su interior. Cuando un agujero negro se traga materia, se pueden formar dos poderosas corrientes en sus bordes. Estos chorros crean “nubes de radio” gigantes que pueden ser detectadas por radiotelescopios. Crédito: ESA / C. Carreau
Todos los agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias parecen tener períodos en los que ingieren material de su entorno inmediato. Pero eso es más o menos cuando se trata de similitudes. Ésta es la conclusión de los astrónomos británicos y holandeses que estudian radiotelescopios ultrasensibles en una región bien estudiada del Universo. Publican sus hallazgos en dos artículos en una revista internacional. Astronomía y astrofísica.
Los astrónomos han estado estudiando galaxias activas desde la década de 1950. Las galaxias activas tienen un agujero negro supermasivo en su centro que se traga materia. Durante estas fases activas, los objetos a menudo emiten radiaciones de radio, infrarrojos, ultravioleta y rayos X extremadamente fuertes.
En dos nuevas publicaciones, un equipo internacional de astrónomos se ha centrado en todas las galaxias activas en la bien estudiada región GOODS-North en la constelación de la Osa Mayor. Hasta ahora, la región ha sido estudiada principalmente por telescopios espaciales que recogen luz visible, infrarroja y ultravioleta. Las nuevas observaciones agregan datos de redes sensibles de radiotelescopios, incluida la instalación nacional e-MERLIN del Reino Unido y la red europea VLBI (EVN).
Gracias a este estudio sistemático, tres cosas quedaron claras. Primero, resulta que los núcleos de muchos tipos diferentes de galaxias pueden estar activos de diferentes formas. Algunos son extremadamente codiciosos y devoran tanto material como pueden; otros digieren los alimentos más lentamente y otros casi mueren de hambre.
En segundo lugar, a veces la fase de acreción ocurre simultáneamente con la fase de formación de estrellas, y otras veces no. Si continúa la formación de estrellas, la actividad en el núcleo es difícil de detectar.
En tercer lugar, el proceso de acreción nuclear puede generar o no chorros de radio, independientemente de la velocidad a la que el agujero negro ingiera la comida.
Según el investigador principal Jack Radcliffe (anteriormente la Universidad de Groningen y ASTRON en los Países Bajos y la Universidad de Manchester en el Reino Unido, ahora la Universidad de Pretoria, Sudáfrica), las observaciones también muestran que los radiotelescopios son óptimamente útiles para estudiar la alimentación. hábitos de los agujeros negros en el lejano universo. “Esta es una buena noticia porque los radiotelescopios SKA se acercan, lo que nos permitirá mirar más profundamente en el universo con aún más detalle”.
El coautor Peter Barthel (Universidad de Groningen, Países Bajos) añade: “Recibimos cada vez más señales de que todas las galaxias tienen enormes agujeros negros masivos en sus centros. Por supuesto, tenían que crecer hasta la masa actual. Parece que ahora estamos vigilando estos procesos de crecimiento a través de nuestras observaciones y estamos comenzando a comprenderlos lenta pero seguramente “.
El coautor Michael Garrett (Universidad de Manchester, Reino Unido) agrega: “Estos hermosos resultados demuestran el potencial único de la radioastronomía. Telescopios como el VLA, e-MERLIN y EVN están cambiando nuestra visión de cómo evolucionaron las galaxias al comienzo del universo “.
Proporcionado por la Escuela Holandesa de Investigación en Astronomía