¿Se mueve la Vía Láctea como una peonza?

Representación gráfica de la deformación anterior del disco de la Vía Láctea. Fuente: Gabriel Pérez Díaz, SMM (IAC).

Una investigación de los astrofísicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Žofia Chrobáková, estudiante de doctorado en MRO y la Universidad de La Laguna (ULL), y Martín López Corredoira, cuestiona uno de los hallazgos más interesantes sobre la dinámica de la Vía Láctea en los últimos tiempos. años: la precesión o la rotación del eje de oscilación de la deformación del disco es incorrecta. Los resultados se acaban de publicar en El diario astrofísico.

La Vía Láctea es una galaxia espiral, lo que significa que está formada por un disco de estrellas, gas y polvo, entre otros, que incluye brazos espirales. Inicialmente, se pensó que el disco era completamente plano, pero se sabe desde hace varias décadas que la parte más externa del disco está distorsionada en lo que se conoce como en la dirección opuesta hacia abajo. Las estrellas, el gas y el polvo están todos deformados, por lo que no están en el mismo plano que el disco interno estirado, y el eje perpendicular a los planos de deformación determina su rotación.

En 2020, una investigación anunció la detección de una deformación por precesión del disco de la Vía Láctea, lo que significa que la deformación en esta región exterior no es estática, pero como una peonza, la orientación de su eje gira por sí misma con el tiempo. . Además, estos investigadores encontraron que era más rápido de lo que predijeron las teorías, un ciclo cada 600-700 millones de años, aproximadamente tres veces el tiempo que el sol orbita el centro de la galaxia.

La precesión no es un fenómeno que solo ocurre en las galaxias, también ocurre en nuestro planeta. Además de su rotación anual alrededor del Sol y un período de rotación de 24 horas, el eje de la Tierra está en precesión, lo que significa que el polo celeste no siempre está cerca de la estrella polar actual, pero estaba (por ejemplo) hace 14.000 años cerca de Vega.

Ahora, un nuevo estudio de Žofia Chrobáková y Martín López Corredoir ha tenido en cuenta la variación en la amplitud de la deformación con la edad de las estrellas. El estudio muestra que utilizando una matriz de estrellas antiguas cuyas velocidades se han medido, es posible que la precesión desaparezca o al menos se vuelva más lenta de lo que se cree actualmente. Para llegar a este resultado, los científicos utilizaron datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) para analizar las posiciones y velocidades de cientos de millones de estrellas en el disco exterior.

“Estudios anteriores no han notado”, explica Žofia Chrobáková, investigadora predoctorista de MRO y primera autora del artículo, “que las estrellas de decenas de millones de años, como las cefeidas, tienen una distorsión mucho mayor que las estrellas vistas en Gaia, que son miles de millones de años. “

“Esto no significa necesariamente que la matriz no preceda en absoluto, puede hacerlo, pero mucho más lento, y probablemente no seremos capaces de medir este movimiento hasta que no tengamos mejores datos”, concluye Martín López Corredoira e investigador de MAK y coautor del artículo.

Proporcionado por el Instituto de Astrofísica de Canarias

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